ILUSTRES “NAVÍOS” AL SERVICIO DE LA PATRIA
Las añoranzas del quehacer “Marinero” se reactivaran siempre al recordarse con nostalgia la compra de los cruceros “O’Higgins” y “Capitán Prat” en 1950. Este acontecimiento fue un factor importante que revolucionó el ambiente naval de nuestro país, dándose un paso trascendental a un hecho histórico que marcó para siempre el rumbo de la Marina de Guerra de Chile, en el ámbito de la grandeza profesional y espíritu solidario de sus tripulaciones. Ambos buques de procedencia norteamericana, fueron héroes en acciones guerreras desarrolladas durante el transcurso de la Segunda Guerra mundial..
Por haber formado parte de la tripulación del crucero “O’Higgins” entre los años 1955 – 1962, y de haber pisado las cubiertas del “Capitán Prat”, puedo atestiguar para la historia, el hidalgo comportamiento de Comandantes, Oficiales, Suboficiales, Sargentos Marineros y Grumetes, que en épocas brillantes enaltecieron el accionar de la Armada. Con la bandera chilena izada al tope de sus mástiles, ambas embarcaciones recorrieron el país desde Arica a la zona austral, llevando en cada ejercicio un mensaje de seguridad, paz, esperanza y bienestar. El comportamiento de ambos navíos los hace acreedores a formar parte del cuadro de honor de las unidades de La Marina de Guerra de Chile que sucumbieron en batallas o de aquellas que cayeron al servicio de la comunidad, como la escampavía “Janequeo” y otros tantos-
Es por este motivo que aún vibran en el espíritu marinero de sus dotaciones, las palabras pronunciadas por el Vicealmirante Jorge Llorente Domínguez, quien al despedir al O’Higgins” del servicio activo, el 14 de enero de 1992 señaló: “Almas de marinos que se fueron sucediendo al servicio de su patria bajo bandera norteamericana o defendiendo con sus emblemas al tope, la integridad y honor de Chile, cuando fue necesaria e imprescindible su actuación. La comunión de esos espíritus formados en la rigurosa doctrina naval y movidos por una profunda vocación de servicio, cuyo solo límite es entregar la vida si la Nación lo demanda, lo que conformó el alma de estos viejos y queridos cruceros”
Al engrandecer el “alma guerrera y fiera de este buque y la de su gemelo el “Capitán Prat”, el Almirante Llorente los destaca alertos y presurosos cuando sonaron los clarines de combate o cuando debieron concurrir en ayuda de sus compatriotas y hospitalaria al acoger en sus cubiertas a pobladores en desgracia o a las visitas que se admiraron y sobrecogieron con su poder de fuego e impecable presentación. “Esas almas guerreras ya se han reincorporado al espíritu marinero de la Armada de Chile, fuente depositaria de tradición y de los valores y principios que la señalan por imperativo histórico, como institución fundamental y reserva moral de la Nación” ¡Viva Chile¡
Atentamente
Manuel Chamorro Moreno
Suboficial (R) Armada