En épocas de dos guerras mundiales fue actor principal en la abnegada misión de patrullar los canales australes. Su bitácora registra socorro y ayuda de naves encalladas en los canales magallánicos y un encuentro con la tripulación del acorazado alemán “Dresden” en 1914. Fue en plena función de un patrullaje fatigoso, que en una de sus vetustas calderas estallara un colector de vapor, trágico accidente en el que murieron seis de sus tripulantes en septiembre de 1944. Por tal motivo, pasó a la reserva. En esta condición, aun sirvió por otros doce años cumpliendo humildes labores de buque cuartel en la Base Naval de Talcahuano. Pero poco a poco fueron siendo desmantelados sus cañones, puentes y chimeneas para que su casco sirviera de pasillo de conexión para el servicio de tránsito de cables eléctricos, cañerías de vapor y agua, todo lo que mantenía la débil vitalidad del no menos famoso acorazado “Almirante Latorre” pasado a la reserva en la década del 50. En esta humilde y postrera labor, una hermosa y serena noche de marzo de 1958. el anciano y meritorio cazatorpederos de 1914, decidió morir. Sin aspavientos ni ruidos cedieron algunos oxidados remaches de su casco, se soltó un par de planchas y se fue hundiendo lentamente desapareciendo por completo de las aguas al amanecer, como los grandes navíos que fueron desapareciendo luego de prestar valiosísimos servicios al país y a la Armada de Chile. |